domingo, 18 de diciembre de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"En cierta ocasión se acercó un monje a Buda y le dijo: «¿Sobreviven a la muerte las almas de los justos?».


Como era propio de él, Buda no respondió. Pero el monje insistía. Y todos los días volvía a hacerle la misma pregunta; y un día tras otro recibía el silencio como respuesta. 


Hasta que no pudo soportarlo y amenazó con abandonar el monasterio si no le era respondida aquella pregunta de vital importancia para él; porque ¿a santo de qué iba él a sacrificarlo todo para vivir en el monasterio, si las almas de los justos no iban a sobrevivir a la muerte?


Entonces Buda, compadecido, rompió su silencio y le dijo: «Eres como un hombre que fue alcanzado por una flecha envenenada y al poco tiempo estaba agonizando. 


Sus parientes se apresuraron a llevar a un médico junto a él, pero el hombre se negó a que le extrajeran la flecha o se le aplicara cualquier otro remedio mientras no le dieran respuesta a tres importantes preguntas: 


Primero, el hombre que le disparó ¿era blanco o negro? Segundo, ¿era un hombre alto o bajo? Y tercero, ¿era un bracmán o un paria? Si no le respondían a estas tres preguntas, el hombre se negaba a recibir todo tipo de asistencia».


El monje se quedó en el monasterio.


Es mucho más placentero hablar del camino que recorrerlo; o discutir acerca de las propiedades de una medicina que tomarla.»


Anthony De Mello






***












"Si de hecho esto no ocurre, no hay razón para alarmarse; que continúe tranquilamente con el trabajo de la invocación mental. 


Las técnicas físicas no son, en ningún caso, nada más que un complemento, una ayuda que se demuestra útil para algunos pero que no es obligatorio para todos en modo alguno. 


La Oración de Jesús puede practicarse en su totalidad sin ningún método físico. San Gregorio Palamas (1296-1359), al considerar el uso de las técnicas físicas como teológicamente defendibles, trataba tales métodos como algo secundario y apropiado principalmente para principiantes. 


Para él, como para todos los maestros Hesicastas, lo esencial no es el control externo de la respiración sino la Invocación interior y secreta del Señor Jesús.»

Kallistos Ware-El poder del Nombre


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