miércoles, 21 de diciembre de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Una vez llegó un profeta a una ciudad con el fin de convertir a sus habitantes. Al principio la gente le escuchaba cuando hablaba, pero poco a poco se fueron apartando, hasta que no hubo nadie que escuchara, las palabras del profeta.


Cierto día, un viajante le dijo al profeta: «¿Por qué sigues predicando? ¿No ves que tu misión es imposible?».


Y el profeta le respondió:
«Al principio tenía la esperanza de poder cambiarlos. Pero si ahora sigo gritando es únicamente para que no me cambien ellos a mí».


Anthony De Mello







***














"No digáis las oraciones rápidamente, una inmediatamente después de otra. Haced una corta pausa después de cada oración, y así ayudaréis a la mente a concentrarse. 


Decir la Oración sin pausas distrae la mente. Respirad con cuidado, suave y lentamente.» Los principiantes en el uso de la Oración preferirán, probablemente, un ritmo algo más rápido que el que se propone aquí –quizás veinte minutos para cien oraciones. 


En la tradición griega hay maestros que recomendaban un ritmo mucho más enérgico; así ellos sostienen que la misma rapidez de la Invocación ayuda a mantener la mente atenta.»

Kallistos Ware-El poder del Nombre


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