sábado, 18 de marzo de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"El Señor Vishnú estaba tan harto de las continuas peticiones de su devoto que un día se apareció a él y le dijo: «He decidido concederte las tres cosas que desees pedirme. Después no volveré a concederte nada más».


Lleno de gozo, el devoto hizo su primera petición sin pensárselo dos veces. Pidió que muriera su mujer para poder casarse con una mejor Y su petición fue inmediatamente atendida.


Pero cuando sus amigos y parientes se reunieron para el funeral y comenzaron a recordar las buenas cualidades de su difunta esposa, el devoto cayó en la cuenta de que había sido un tanto precipitado. 


Ahora reconocía que había sido absolutamente ciego a las virtudes de su mujer. ¿Acaso era fácil encontrar otra mujer tan buena como ella?


De manera que pidió al Señor que la volviera a la vida. Con lo cual sólo le quedaba una petición que hacer. Y estaba decidido a no cometer un nuevo error, porque esta vez no tendría posibilidad de enmendarlo. Y se puso a pedir consejo a los demás. 


Algunos de sus amigos le aconsejaron que pidiese la inmortalidad. Pero ¿de qué servía la inmortalidad  le dijeron otros si no tenía salud? ¿Y de qué servía la salud si no tenía dinero? ¿Y de qué servía el dinero si no tenía amigos?



Pasaban los años y no podía determinar qué era lo que debía pedir: ¿vida, salud, riquezas, poder, amor...? Al fin suplicó al Señor: «Por favor, aconséjame, lo que debo pedir».



El Señor se rió al ver los apuros del pobre hombre y le dijo: «Pide ser capaz de contentarte con todo lo que la vida te ofrezca, sea lo que sea».


Anthony De Mello








***















3. Otro punto de partida


«Llegados a este punto, es necesario hacer un inciso importante. Todo de lo que se viene tratando hasta aquí se refiere a la vocación contemplativa que surge de lo que se denomina «segunda conversión». 


Se trata de una gracia sensible que pone en marcha una vocación contemplativa en un encuentro consciente y vivo con Dios, el cual se convierte en el motor evidente de una clara transformación personal. 


Suele tratarse de una gracia sensible, concreta y fuerte que marca un hito en la propia vida. A partir de ese momento es normal recibir otras gracias sensibles que ayudan a descubrir, con fuerza y claridad indiscutibles, que Dios está llamando a una vida nueva y que ofrece un proyecto de vida muy concreto.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo



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