martes, 21 de marzo de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Jesucristo nos dijo que nunca había visto un partido de fútbol. De manera que mis amigos y yo le llevamos a que viera uno. Fue una feroz batalla entre los 'Punchers' protestantes y los 'Crusaders' católicos.


Marcaron primero los 'Crusaders'. Jesús aplaudió alborozadamente y lanzó al aire su sombrero. Después marcaron los 'Punchers'. Y Jesús volvió a aplaudir entusiasmado y nuevamente voló su sombrero por los aires.


Esto pareció desconcertar a un hombre que se encontraba detrás de nosotros. Dio una palmada a Jesús en el hombro y le preguntó: «¿A qué equipo apoya usted, buen hombre?».


«¿Yo?», respondió Jesús visiblemente excitado por el juego. «¡Ah!, pues yo no animo a ningún equipo. Sencillamente disfruto del juego».


El hombre se volvió a su vecino de asiento y, haciendo un gesto de desprecio, le susurró: «Humm... ¡un ateo!».



Cuando regresábamos, le informamos en pocas palabras a Jesús acerca de la situación religiosa del mundo actual. «Es curioso lo que ocurre con las personas religiosas, Señor», le decíamos. «Siempre parecen pensar que Dios está de su parte y en contra de los del otro bando».


Jesús asintió: «Por eso es por lo que Yo no apoyo a las religiones, sino a las personas», nos dijo. «Las personas son más importantes que las religiones. El hombre es más importante que el sábado», «Deberías tener cuidado con lo que dices», le advirtió muy preocupado uno de nosotros. 


«Ya fuiste crucificado una vez por decir cosas parecidas, ¿te acuerdas?». «Sí ...y por personas religiosas precisamente», respondió Jesús con una irónica sonrisa.»


Anthony De Mello







***













"Por esta razón no podemos apoyarnos en este fundamento como el único punto de partida para una vida contemplativa, puesto que ésta sólo estaría entonces al alcance de unos pocos privilegiados, y dejaría fuera de la misma a muchas personas que tienen un serio deseo de encontrarse con el Dios vivo y una voluntad decidida de servirle radicalmente, pero carecen de una gracia sensible que les impulse con fuerza a ello.


Es evidente que la mayor parte de los cristianos carecen de este tipo de experiencias e, incluso, de interés por ellas. 


Muchos viven la vida cristiana de forma tan superficial que están cerrados a la gracia de manera humanamente irreversible. De hecho es mucho más fácil que un gran pecador se haga santo que un cristiano mediocre se convierta en un buen cristiano.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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