miércoles, 13 de diciembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Estando el Maestro haciendo oración, se acercaron a él los discípulos y le dijeron: “Señor, enséñanos a orar”. 


Y él les enseñó del siguiente modo: “Iban dos hombres paseando por el campo cuando, de pronto, vieron ante ellos a un toro enfurecido. Al instante, se lanzaron hacia la valla más cercana, con el toro pisándoles los talones. 


Pero no tardaron en darse cuenta de que no iban a conseguir ponerse a salvo, de modo que uno de ellos le gritó al otro: "¡Estamos perdidos! ¡De ésta no salimos! ¡Rápido, di una oración!"  Y el otro le replicó: "¡No he rezado en mi vida y no sé ninguna oración apropiada!". 


"¡No importa: el toro nos va a pillar! ¡Cualquier oración servirá!"


"¡Está bien, rezaré la única que recuerdo y que solía rezar mi padre antes de las comidas: Haz, Señor, que sepamos agradecerte lo que vamos a recibir!".  Nada hay que supere la santidad de quienes han aprendido la perfecta aceptación de todo cuanto existe."


En el juego de naipes que llamamos “vida” cada cual juega lo mejor que sabe las cartas que le han tocado. Quienes insisten en querer jugar no las cartas que les han tocado, sino las que creen que debería haberles tocado, son los que pierden el juego.  


No se nos pregunta si queremos jugar. No es ésa la opción. Tenemos que jugar. La opción es: cómo."


Anthony De Mello





***













"Y puesto que Cristo se nos da en la Iglesia, no existe verdadera contemplación de Cristo si no es en ella, porque no se puede separar a Cristo de su Iglesia, ya que ambos forman un solo Cuerpo. 


Por eso es imposible ser verdadero contemplativo fuera de la Iglesia, porque es en ella donde habita el Espíritu Santo, y ella es la esposa de Cristo por la que Él ha entregado su vida en la Cruz. 


Y así, el amor apasionado a Jesucristo lleva indefectiblemente a un amor apasionado a la Iglesia.


La estrecha unión que existe entre el contemplativo y Jesucristo no sólo lo introduce de lleno en lo profundo del misterio de Dios sino también en lo más hondo de la Iglesia.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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