sábado, 16 de diciembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Un hombre acudió a un psiquiatra y le dijo que todas las noches se le aparecía un dragón con doce patas y tres cabezas, que vivía en una tremenda tensión nerviosa, que no podía conciliar el sueño y que se encontraba al borde del colapso. Que incluso había pensado en suicidarse.  

“Creo que puedo ayudarle”, le dijo el psiquiatra, “pero debo advertirle que nos va a llevar un año o dos y que le va a costar a usted tres mil dólares”.  


“¿Tres mil dólares?”, exclamó el otro. “¡Olvídelo! Me iré a mi casa y me haré amigo del dragón"


Anthony De Mello





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"De tal modo vive el contemplativo secular vinculado a la Iglesia, en la que reconoce el Cuerpo de Cristo, que se convierte para el mundo en signo de la misma. 


Viviendo en medio del mundo, y a pesar de vivir una vida escondida o poco apreciable, no sólo hace presente a la Iglesia, sino que la hace «visible» a través del signo de su propia vida identificada peculiarmente con la vida de Cristo.


Todo lo cual exige que el contemplativo secular sea fiel a su ser de «signo» de la Iglesia ante el mundo; pero, a la vez, le lleva a vivir su relación con la Iglesia en una especial entrega y fidelidad. 


Por eso vive una profunda unión con el Papa y con el propio obispo, así como la más delicada docilidad a sus enseñanzas; de manera que todo lo que hace, tanto personal como comunitariamente, tiene que expresar la riqueza de la Iglesia.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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