sábado, 25 de noviembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"El abad Lot fue a ver al abad José y le dijo: “Padre, de acuerdo con mis posibilidades, he guardado mi pequeña regla y he observado mi humilde ayuno, mi oración, mi meditación y mi silencio contemplativo; y en la medida de lo posible, mantengo mi corazón limpio de malos pensamientos. ¿Qué más debo hacer?”.


En respuesta, el anciano se puso en pie, elevó hacia el cielo sus manos, cuyos dedos se tomaron en otras tantas antorchas encendidas, y dijo: “Ni más ni menos que esto: transformarte totalmente en fuego”.


Anthony De Mello





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"Nuestra oración consiste, nada más y nada menos, que en unirnos a esta oración de Cristo. Hay que afirmar rotundamente que la oración del Verbo encarnado es la única oración verdadera; y que es una oración que, al existir en la historia, es asequible a todos los hombres. 


Orar ya es posible, y no es otra cosa que unirnos a la oración de Cristo, participar en su permanente diálogo de amor trinitario. Ya no tenemos que estirarnos para intentar un imposible encuentro con Dios; basta adentrarnos en nuestro interior, llegar a nuestra condición humana asumida por el Verbo, para encontrar el cauce permanente de diálogo amoroso y de comunión de vida con Dios que nos introduce de lleno en medio del mismo misterio de la comunión trinitaria.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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