"Cuando te sigue un millón de personas, te preguntas en qué te habrás equivocado. Un autor hebreo explica que los judíos no son proselitistas, sino que se exige a los rabinos que hagan tres distintos esfuerzos para desanimar a los posibles conversos.
La espiritualidad es para una “élite”: no puede transigir en lo más mínimo para hacerse aceptable; por eso no es del agrado de las masas, que quieren jarabe, no medicina. En cierta ocasión, cuando le seguían grandes multitudes, Jesús les dijo:
“Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla?
¿O qué rey, si sale a enfrentarse con otro rey, no se sienta antes y delibera si con diez mil puede salir al paso del que viene contra él con veinte mil? Y si no, cuando está todavía lejos, envía una embajada para llegar a un acuerdo. Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo”.
La gente no desea la verdad. Desea promesas tranquilizadoras.”
Anthony De Mello
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"A la luz de todo esto podemos empezar a entender el proceso concreto de la intercesión. Es un camino que comienza cuando tomo conciencia viva del anhelo salvador de Dios; y, junto a ello, reconozco la apremiante necesidad de salvación que tiene el hombre.
Y, a partir de ahí, reconozco igualmente la urgencia de unir esas dos realidades. Y como eso no se une con palabras, sino con la vida ofrecida, debo revivir el «aquí estoy» del Verbo: «Aquí estoy para que tú, a través de mí, sientas, sufras, ames, ofrezcas, transformes. Aquí estoy para sufrir, para amar, para luchar por ti y contigo; en definitiva, para que escojas de mi vida lo que haga falta para realizar tu obra».
Y, a partir de ahí, reconozco igualmente la urgencia de unir esas dos realidades. Y como eso no se une con palabras, sino con la vida ofrecida, debo revivir el «aquí estoy» del Verbo: «Aquí estoy para que tú, a través de mí, sientas, sufras, ames, ofrezcas, transformes. Aquí estoy para sufrir, para amar, para luchar por ti y contigo; en definitiva, para que escojas de mi vida lo que haga falta para realizar tu obra».
Normalmente la mayoría de los cristianos tiene el convencimiento de que debe ofrecer a Dios cosas. En el fondo se trata de la actitud básica del hecho religioso, que es común a todas las religiones.»
Fundamentos-Contemplativos en el mundo
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