domingo, 4 de marzo de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"Le contaron a un antiguo filósofo, muerto desde hacía muchos siglos, que sus representantes estaban desfigurando sus enseñanzas. Como era un hombre compasivo y amante de la verdad, se las arregló para que, tras muchos esfuerzos, le fuera concedido regresar a la tierra durante unos días.


Le llevó varias jornadas convencer de su identidad a sus sucesores. Y una vez despejadas las dudas, ellos no tardaron en perder todo interés en lo que él tenía que decir, y le pidieron que les revelara el secreto para regresar a la vida desde el sepulcro.


El tuvo que hacer enormes esfuerzos para convencerles de que no tenía manera de hacerles partícipes de dicho secreto, y que era infinitamente más importante para el bien de la humanidad el que ellos le devolvieran a su doctrina su pureza originaria.


Pero todo fue en vano. Lo que ellos le arguyeron fue: “¿No comprendes que lo importante no es lo que tú enseñaste, sino nuestra manera de interpretarlo? A fin de cuentas, tú no eres más que un ave de paso, mientras que nosotros estamos aquí de modo permanente”.


Cuando Buda muere, nacen las escuelas.”


Anthony De Mello






***














"Sin embargo, también en este punto, Jesucristo se distancia claramente de cualquier religión. El Dios que nos descubre Jesús no es la divinidad a la que hay que ganar a base de ofrendas, sino el Padre que se nos entrega incondicionalmente en el Hijo hasta darlo todo por nosotros, y ello sin ningún merecimiento por nuestra parte. 


Esa entrega total de Dios, que es una verdadera declaración de amor, reclama espontáneamente, en justa correspondencia, una respuesta semejante por nuestra parte, que haga posible la plena comunión de amor entre Dios y nosotros. 


En este punto hemos de reconocer que los ofrecimientos que normalmente solemos hacerle a Dios, aunque expresen entrega, no comportan la entrega plena, la vida ofrecida. Incluso la ascesis y la mortificación nos llevan con frecuencia a servirnos del ofrecimiento de algo a Dios para convencernos de que realizamos una entrega general. 


Por eso, cuantas más renuncias hacemos a bienes parciales, como la comida, el sueño, el dinero, etc., mayor es la impresión de que realizamos una entrega total. 


Pero, de hecho, uno se puede desprender de muchas cosas, incluso de todo, sin llegar a entregar la vida.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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