miércoles, 18 de abril de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"Un domingo por la mañana, después de misa, se fueron Dios y San Pedro a jugar al golf. Salió Dios en el primer hoyo con un poderoso golpe, pero la bola se desvió hacia el “rough”, fuera de la calle.


Sin embargo, en el momento en que la bola iba a tocar el suelo, salió un conejo de detrás de un arbusto, atrapó la bola entre sus dientes y corrió con ella hacia la calle. 


De pronto, un águila se lanzó en picado, enganchó al conejo con sus garras y salió volando hacia el “green”. 


Cuando se hallaba en la vertical del “green”, un cazador disparó con su rifle y alcanzó al águila en pleno vuelo. 


El águila soltó al conejo, el cual, al caer en el “green”, soltó la bola, que fue rodando y entró en el hoyo.


San Pedro, visiblemente molesto, se volvió hacia Dios y le dijo: “¡Ya está bien! ¿Has venido a jugar al golf o a perder el tiempo?”.


¿Y qué me dices de ti? ¿Prefieres entender y jugar el juego de la vida o perder el tiempo con milagros?”


Anthony De Mello





***











"Pero para que el contemplativo pueda convertirse en instrumento eficaz de esa «presencia» transformadora que no es otra cosa que Dios habitando plenamente en él, es necesario que sea consciente de la inhabitación de Dios en su alma, que se una íntimamente a Dios por el amor y que se identifique plenamente con Cristo por medio de su más perfecta imitación.»

Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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