martes, 24 de abril de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"Subhuti, discípulo de Buda, descubrió de pronto la riqueza y fecundidad del vaciamiento de sí, cuando cayó en la cuenta de que ninguna cosa es permanente ni satisfactoria y de que todas las cosas están vacías de “yo”. 


Y con este talante de divino vaciamiento se sentó, arrobado, a la sombra de un árbol, y de repente empezaron a llover flores alrededor de él.  Y los dioses le susurraron: “Estamos embelesados con tus sublimes enseñanzas sobre el vaciamiento”


“¡Pero si yo no he dicho una sola palabra acerca del vaciamiento...!”.


“Es cierto”, le replicaron los dioses, “ni tú has hablado del vaciamiento ni nosotros te hemos oído hablar de él. Ese es el verdadero vaciamiento”. Y la lluvia de flores siguió cayendo.


Si yo hubiera hablado de mi vaciamiento o hubiera tenido conciencia del mismo, ¿habría sido vaciamiento?


La música necesita la oquedad de la flauta; las cartas, la blancura del papel; la luz, el hueco de la ventana; la santidad, la ausencia de “yo”.


Anthony De Mello






***













"Un ejemplo muy importante de esta vida-en-Dios en medio de la actividad nos lo ofrece la visita de la Virgen a su prima Isabel (Lc 1,39ss). San Lucas nos dice que inmediatamente después de la Anunciación, María «se puso en camino y fue deprisa a un pueblo de Judá y saludó a Isabel». 


Acababa de tener una experiencia profunda, en la cual había descubierto la extraordinaria acción que Dios estaba realizando en ella y la misión especialísima que le encomendaba. 


Se trata de un acontecimiento que debió tener en María una resonancia enorme y que supuso, además del impacto del momento, un cambio radical de sus planes y proyectos. 


Toda su vida fue zarandeada por Dios para poder ser configurada de nuevo. Sin embargo, nada de esto le impide ser consciente de las necesidades que le rodean y poner de su parte lo que puede para ayudarles con caridad y según sus posibilidades. 


Así, lejos de quedarse encerrada en la experiencia espiritual vivida o de meterse en sí misma, se hace particularmente sensible a la situación de necesidad de su pariente Isabel; y ello sin dejar de ser consciente interiormente de Dios y de su obra.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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