sábado, 5 de mayo de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"Cuando el desierto egipcio era la morada de aquellos santos varones conocidos como los “Padres del Desierto”, una mujer que padecía un cáncer de mama acudió a buscar a uno de ellos, un tal Abad Longinos, que tenía fama de santo y de taumaturgo. 


Y estando la mujer paseando junto al mar, se encontró con Longinos en persona, que estaba recogiendo leña. Y ella, que no le conocía, le dijo: “Santo padre, ¿podría usted decirme dónde vive el siervo de Dios Longinos?”. 


Y Longinos le replicó: “¿Para qué buscas a ese viejo farsante? No vayas a verlo, porque lo único que te hará será daño. ¿Qué es lo que te ocurre?”. Ella le contó lo que le sucedía y, acto seguido, él le dio su bendición y la despidió diciendo: “Ahora vete, y ten la seguridad de que Dios te devolverá la salud. 


Longinos no te habría sido de ninguna utilidad”. La mujer se marchó, confiando en que había quedado curada -como así sucedió, antes de que transcurriera un mes-, y murió muchos años más tarde, completamente ignorante de que había sido Longinos quien la había curado.”


Anthony De Mello





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"La capacidad de discernimiento se hace particularmente necesaria en un mundo cada vez más opaco a la gracia; por eso, a la vez que trasparenta a Cristo al mundo y descubre en todo la mano de Dios, el contemplativo secular puede aportar la luz de Dios a tantas personas que caminan en tinieblas para iluminar sus vidas y descubrirles el camino de la salvación.


Este servicio, que se tiene que ofrecer sólo cuando es necesario y muy humildemente, no supone que vaya a ser aceptado de buen grado por todos. 


En esta misión no importa tanto el resultado inmediato como el ser referencia viva del proyecto concreto de Dios sobre la humanidad y sobre cada uno de sus miembros.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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