domingo, 10 de junio de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino




“¿Adónde vas con esa puerta bajo el brazo?” “Es la puerta de mi casa. He perdido la llave y voy a que me pongan en la puerta una cerradura nueva”. 


“Procura ahora no perder la puerta, no vaya a ser que no puedas entrar en casa”. 


“No hay cuidado: he tomado la precaución de dejar una ventana abierta”.


Anthony De Mello





***










»No nos suceda aquello de lo que se quejaba san Gregorio Magno: Muchas veces, obligado por las circunstancias, tengo que tratar con las personas del mundo, lo que hace que alguna vez se relaje la disciplina impuesta a mi lengua. 


Porque, si mantengo en esta materia una disciplina rigurosa, sé que ello me aparta de los más débiles, y así nunca podré atraerlos adonde yo quiero. 


Y esto hace que, con frecuencia, escuche pacientemente sus palabras, aunque sean ociosas. 


Pero, como yo soy también débil, poco a poco me voy sintiendo atraído por aquellas palabras ociosas, y empiezo a hablar con gusto de aquello que había empezado a escuchar con paciencia, y resulta que me encuentro a gusto postrado allí mismo donde antes sentía repugnancia de caer.


El verdadero silencio da un tono peculiar a la vida, configurando nuestra forma de hablar, de trabajar, de relacionarnos con los demás o, incluso, de andar. 


Para ello es necesario trabajar la austeridad en el uso del teléfono, en las diversiones o en el trato; procurando no emplear muchas palabras y sabiendo siempre guardar silencio, huyendo tanto de las actitudes mundanas como de las espiritualmente afectadas.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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