"Estaba un día Diógenes plantado en la esquina de una calle y riendo como un loco.
“¿De qué te ríes?”, le preguntó un transeúnte.
“¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle? Desde que llegué aquí esta mañana, diez personas han tropezado en ella y han maldecido, pero ninguna de ellas se ha tomado la molestia de retirarla para que no tropezaran otros”.
Anthony De Mello
***
"Este ejercicio no tiene valor en sí mismo, sino como expresión del amor a Dios y del deseo de identificación con Cristo crucificado, que nos invita a seguirle diciéndonos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga» (Mt 16,24).
No hay comentarios:
Publicar un comentario