domingo, 23 de septiembre de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino





«Me gustaría que vistieras más de acuerdo con tu posición. Es lamentable que te hayas hecho tan desaliñado.»


«¡Yo no soy ningún desaliñado!»



«Sí lo eres. Recuerda a tu abuelo, siempre tan elegante, con sus trajes caros y perfectamente cortados...»



«¡Ajá, te pillé! ¡Precisamente son los trajes de mi abuelo los que yo uso!”


Anthony De Mello




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 "Para vivir la castidad, el contemplativo secular se compromete a purificar la memoria, a cuidar los pensamientos, palabras o actitudes y a comportarse y vestir de manera que todo en él concuerde con el hecho de que su cuerpo es templo de la Trinidad, trasluciendo al exterior el estilo de vida propio de Reino de los cielos. 


Se trata muchas veces de pequeños detalles que parecen intrascendentes, pero que son expresión de la delicadeza del amor verdadero; en función del cual se acepta la lucha y el sufrimiento que supone mantenerse en el amor esencial y radical a Jesucristo, manifestando así la entrega inmolada de la propia vida a Aquél que «nos amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor» (Ef 5,2). 


Como consecuencia de este amor casto, el contemplativo descubre en cualquier persona o acontecimiento el rostro de Jesucristo el Amado, al que ha entregado su vida para ser consumida en amor esponsal.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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