"Se celebraba el cumpleaños del párroco, y los niños habían acudido a felicitarle y a llevarle sus regalos.
El párroco tomó el paquete, envuelto en papel de regalo, que le entregó la pequeña Mary y dijo: «iAh!, ya veo que me has traído un libro...» (El padre de Mary regentaba una librería en la ciudad).
«Sí. ¿Cómo lo sabe?»
«¡El Padre lo sabe todo...!»
"Y tú, Tommy, me has traído un jersey», dijo el párroco al recoger el paquete que le entregaba Tommy (El padre de Tommy vendía artículos de lana). «Es verdad», dijo el niño. «¿Cómo lo sabe?» «¡Ah, el Padre lo sabe todo...!»
Y así sucesivamente, hasta que llegó el regalo de Bobby, cuyo envoltorio estaba húmedo (el padre de Bobby vendía vinos y licores).
Y el párroco dijo: «Ya veo que me has traído una botella de whisky y que se te ha derramado un poco...» «Se equivoca», dijo Bobby, «no es whisky.» «Bueno, entonces será una botella de ron...» «Tampoco.»
El párroco tenía los dedos mojados y se llevó uno de ellos a la boca, pero no identificó el sabor. «¿Es ginebra...?» «No», respondió Bobby. «Le he traído un cachorro.»
Anthony De Mello
***
16.Busca la identificación más plena con Cristo, sobre todo en su encarnación, su agonía, su pasión y su muerte.»
17.Dirígete al «lugar» de tu interior en el que habita Dios. No tienes otra tarea en la vida que realizar este camino en silencio, con perseverancia y sin prisas.
18.Mantén siempre el silencio interior, que consiste en escuchar siempre y en todo a Dios.
19.Sea Nazaret tu escuela de oración y tu hogar de contemplativo en medio del mundo.
20.Aprende, por medio del silencio, a discernir la voz de Dios de entre todas las voces y sonidos que te llegan.
Fundamentos-Contemplativos en el mundo
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