"Érase una vez un hombre que estaba construyéndose una casa.
Y quería que fuera la casa más hermosa, más acogedora y más confortable del mundo.
Entonces llegó alguien a pedir le ayuda, porque el mundo estaba ardiendo.
Pero lo que a él le interesaba era su casa, no el mundo.
Cuando, al fin, tuvo construida su casa, descubrió que no disponía de un planeta donde colocarla.”
Anthony De Mello
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"El gran John Henry Newman insistía vigorosamente en el papel de la conciencia, y el concilio Vaticano II declaró sin ambages que la conciencia es el florón de la persona humana, la cual será juzgada con arreglo a sus dictados.
Así, los católicos responsables sienten hoy cada vez más la necesidad de permanecer en contacto con la voz de su conciencia.
Quieren ser guiados por esa luz interior, sin por ello dejar de respetar la ley externa.»
Enamorarse de Dios-William Johnston
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