"Un rey se encontró con un derviche y, conforme a la costumbre oriental cuando un rey topa con un súbdito, le dijo: «Pídeme un favor.»
El derviche replicó: «Sería indecoroso por mi parte pedirle un favor a uno de mis esclavos.»
«¿Cómo te atreves a hablar al rey con tan poco respeto?», bramó uno de los guardias.
«¡Explícate ahora mismo, o morirás!»
Y el derviche dijo: «Yo tengo un esclavo que es el señor de tu rey.»
«¿De quién hablas?»
«Del miedo», respondió el derviche.
Cuando el cuerpo perece, ya no hay vida. De ahí la errónea conclusión de que mantener el cuerpo con vida es lo mismo que vivir.
Entra allí donde ni la bala del asesino arrebata la vida ni el prolongar la vida alarga la duración de la existencia.”
Anthony De Mello
***
"De todo lo dicho se deduce claramente que, cuando uno entra en contemplación mística, su discernimiento adquiere un carácter místico.
Así como en la contemplación mística has de renunciar a todo razonar y pensar y a toda oración discursiva, así también en el discernimiento místico prescindes de todo razonar y pensar y de toda reflexión discursiva, para vivir sólo de fe.»
Enamorarse de Dios-William Johnston

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