"Un mercader de Bagdad mandó a su sirviente al bazar a hacer un recado, y el hombre regresó lívido y temblando de miedo.
«Amo», le dijo al mercader, «estando en la plaza del mercado, tropecé con un extraño y, cuando le miré a la cara, descubrí que era la Muerte.
Me hizo un gesto amenazador y desapareció.
Ahora tengo miedo, y te pido, por favor, que me dejes un caballo para irme inmediatamente a Samarra y poner entre la Muerte y yo la mayor distancia posible”
El mercader, preocupado por su sirviente, le dio su caballo más veloz, y el hombre subió a él y desapareció en un santiamén.
Horas más tarde, el propio mercader se dio una vuelta por el bazar y vio a la Muerte entre la multitud.
Entonces se acercó a ella y le dijo: «Esta mañana le hiciste un gesto amenazador a mi pobre sirviente.
¿Qué quisiste decir?»
«No fue ningún gesto amenazador, señor», dijo la Muerte. «Fue un gesto de sorpresa por encontrarme con él en Bagdad.»
«¿Y por qué no iba a estar en Bagdad, si es aquí donde vive?»
«Bueno, yo había entendido que tenía que encontrarme con él esta noche en Samarra,¿comprende?»
La mayoría de las personas tienen tanto miedo a morir que, con tantos esfuerzos como hacen para evitar la muerte, se olvidan de vivir.”
Anthony De Mello
***
"Sobre todo, atiende a la ciega agitación del amor, a la «llama de amor viva», a la vaga pero apacible sensación de presencia, al desnudo impulso de la voluntad.
Ese movimiento interior te indicará qué debes hacer o no hacer en tu vida de cada día.
Para que no haya ningún malentendido entre nosotros, déjame ahora decirte una palabra sobre la razón.»
Enamorarse de Dios-William Johnston

No hay comentarios:
Publicar un comentario