"Un joven americano, que había obtenido un empleo en una oficina de la Casa Blanca, acababa de asistir a una recepción ofrecida por el Presidente a todo el personal de la misma.
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"Desde luego, esto es enteramente conforme al Nuevo Testamento, donde la norma suprema del discernimiento de espíritus es Jesús mismo, ese Jesús que «se hizo carne» para habitar entre nosotros.
Todo espíritu que nos induzca a exclamar que Jesús es Señor viene de Dios; todo espíritu que nos lleve a execrar a Jesús viene de Satán.
Tal es la norma de san Juan y de san Pablo.
Y ¡qué buena norma desde el punto de vista práctico!
De Dios procede todo lo que te acerque a Jesús «en carne y hueso», a Jesús en la Eucaristía, a Jesús en el Evangelio, a Jesús pobre y humillado.»
William Johnston-enamorarse de Dios

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