"LA TIENDA DE LA VERDAD
«No podía dar crédito a mis ojos cuando vi el nombre de la tienda: LA TIENDA DE LA VERDAD. Así que allí vendían verdad. La correctísima dependienta me preguntó qué clase de verdad deseaba yo comprar:
Verdad parcial o verdad plena. Respondí que, por supuesto, verdad plena. No quería fraudes, ni apologías, ni racionalizaciones. Lo que deseaba era mi verdad desnuda, clara y absoluta.
La dependienta me condujo a otra sección del establecimiento en la que se vendía la verdad plena.
El vendedor que trabajaba en aquella sección me miró compasivamente y me señaló la etiqueta en la que figuraba el precio. «El precio es muy elevado, señor», me dijo.
«¿Cuál es?», le pregunté yo, decidido a adquirir la verdad plena a cualquier precio. «Si usted se la lleva», me dijo, «el precio consiste en no tener ya descanso durante el resto de su vida».
Salí de la tienda entristecido. Había pensado que podría adquirir la verdad plena a bajo precio. Aún no estoy listo para la Verdad. De vez en cuando ansío la paz y el descanso.
Todavía necesito engañarme un poco a mí mismo con mis justificaciones y mis racionalizaciones. Sigo buscando aún el refugio de mis creencias incontestables."
Anthony De Mello
***
"Pero, para ello, sería preciso que la corporalidad pudiera experimentarse en los cultos y oficios divinos.
Sí. Mediante la mutua compenetración de cuerpo y religión la vida cotidiana podría ganar una nueva dimensión religiosa.
También podríamos decir: la vida cotidiana sea oración. Suelo decirles a mis discípulos y discípulas después de un cursillo:
«Estos días han sido un entrenamiento para la vida cotidiana. Habéis practicado para la vida. Cada paso que vais a dar será la continuación del cursillo.
Andar es oración, oración andada, y podrá experimentarse como manifestación de la Realidad divina».»
La ola es el mar-Willigis Jager

No hay comentarios:
Publicar un comentario