"LA SENDA ESTRECHA
«En cierta ocasión previno Dios al pueblo de un terremoto que habría de tragarse las aguas de toda la tierra.
Y las aguas que reemplazarían a las desaparecidas habrían de enloquecer a todo el mundo. Tan sólo el profeta se tomó en serio a Dios.
Transportó hasta la cueva de su montaña enormes recipientes de agua, de modo que no hubiera ya de faltarle el líquido elemento en los días de su vida.
Y efectivamente, se produjo el terremoto, desaparecieron las aguas y una nueva agua llenó los arroyos y los lagos y los ríos y los estanques.
Algunos meses más tarde bajó el profeta de su montaña a ver lo que había ocurrido. Y era verdad: todo el mundo se había vuelto loco y le atacaba a él y no quería tener nada que ver con él.
Y hasta se convenció todo el mundo de que era él el que estaba loco. Así pues, el profeta regresó a su cueva de la montaña, contento por haber tenido la precaución de guardar agua.
Pero, a medida que transcurría el tiempo, la soledad se le hacía insoportable.
Anhelaba tener compañía humana. De modo que descendió de nuevo a la llanura.
Pero nuevamente fue rechazado por la gente, tan diferente de él.
Entonces el profeta tomó su decisión: Tiró el agua que había guardado, bebió del agua nueva y se unió a sus semejantes en su locura.
Cuando buscas la Verdad, vas solo. La senda es demasiado estrecha para llevar compañía. Pero ¿quién puede soportar semejante soledad?"
Anthony De Mello
***
"Estar de pie puede ser oración, así como la espera en la parada del autobús.
En este contexto me gustaría contar una historia hebrea: Los discípulos preguntaron al Rabípor el secreto de la sabiduría, a lo que este contestó:
“Cuando estoy sentado, estoy sentado; cuando estoy de pie, estoy de pie; cuando ando, ando”.
Los discípulos se miraron consternados, creyendo no haberle entendido bien.» (continuará)
La ola es el mar-Willigis Jager

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