jueves, 14 de abril de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Un hombre viajaba tranquilamente en su coche. De pronto, al entrar en una curva peligrosa, otro coche salió de ésta dando volantazos y dirigiéndose hacia él de manera muy peligrosa. Al pasar a su lado, casi rozándolo, su conductor le gritó: 

"¡Cerdo!" 


El primer hombre, indignado, le respondió con otro insulto y entró como pudo en la curva.


Una vez que salió de ella, se encontró de repente con un enorme cerdo. No logró esquivarlo y lo golpeó, saliéndose de la carretera y quedando tirado en la cuneta.»


Cuento de la tradición sufí­






***










LIBERTADES


"En primer lugar está la libertad suspensiva que ofrece la marcha, aunque se trate de un simple paseo: librarse de la carga de las preocupaciones, olvidar por un rato los problemas. 


Uno elige no llevarse la oficina a cuestas: sale, vaga, piensa en otra cosa. Con la excursión de varios días se acentúa el movimiento de desvinculación: uno escapa de las obligaciones del trabajo, se libera de las trabas de la costumbre. 


Pero ¿por qué con la marcha se siente más esa libertad que con un largo viaje? Pues, al fin y al cabo, surgen otras limitaciones no menos penosas: el peso de la mochila, la longitud de las etapas, la incertidumbre climática (amenaza de lluvia, tormentas, calor sofocante), la rusticidad de los albergues, algunos dolores... 


Pero solo la marcha alcanza a liberarnos de las ilusiones de lo indispensable.»


Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


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