lunes, 18 de abril de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Una vez, un maestro de la ceremonia del té, en el antiguo Japón, accidentalmente ofendió a un soldado. Se disculpó con rapidez, pero el impetuoso militar exigió que el asunto fuera resuelto en un duelo de espada.


El maestro del té, que no tení­a experiencia con las espadas, pidió consejo a un amigo maestro de Zen, quien sí­ tení­a esa habilidad. Mientras su amigo le serví­a la infusión, el maestro de espada, notó cómo el maestro del té realizaba su arte con perfecta concentración y tranquilidad. 


«Mañana”le dijo”, cuando se enfrente al soldado, sostenga la espada sobre su cabeza y dele la cara con la misma concentración y tranquilidad con que realiza la ceremonia del té.


Al dí­a siguiente, a la hora y lugar acordados para el duelo, el maestro del té siguió este consejo. El soldado, dispuesto a atacar, miró fijamente durante un rato la cara completamente atenta pero serena del maestro del té. Finalmente, bajó su espada, se disculpó por su arrogancia, y se fue sin dar un solo golpe.»


Cuento de la tradición budista zen.






***












"La segunda libertad es agresiva, más rebelde. En nuestras vidas, la libertad suspensiva no permite más que una «desconexión» provisional: me escapo de la red unos días, experimento en senderos desiertos lo que es estar fuera del sistema. 


Pero también se puede decidir romper. A este respecto sería fácil encontrar llamadas a la transgresión y al «gran afuera» en los escritos de Kerouac o de Snyder: acabar con las convenciones estúpidas, la seguridad letárgica de las paredes, el tedio de lo idéntico, el desgaste de la repetición, la medrosidad de los pudientes y el odio al cambio.»


Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


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