sábado, 11 de junio de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Al llegar a una edad avanzada, y tras una vida hogareña de alegrías y sufrimientos cotidianos, unos esposos decidieron renunciar a la vida mundana y dedicar el resto de sus existencias a la meditación y a peregrinar a los más sacrosantos santuarios. 


En una ocasión, de camino a un templo himalayo, el marido vio en el sendero un fabuloso diamante. Con gran rapidez, colocó uno de sus pies sobre la joya para ocultarla, pensando que, si su mujer la veía, tal vez surgiera en ella un sentimiento de codicia que pudiese contaminar su mente y retrasar su evolución mística. 


Pero la mujer descubrió la estratagema de su marido y con voz ecuánime y apacible comentó:


--Querido, me gustaría saber por qué has renunciado al mundo si todavía haces distinción entre el diamante y el polvo.


El Maestro dice: Para aquel que se ha establecido en la Realidad, ganancia y pérdida, victoria y derrota, son impostores, porque el que ve con sabiduría no hace distinción entre uno y otro.»


Cuentos clásicos de la India







***













"El cristiano pasa por la vida como el caminante por cualquier país: sin detenerse.


Consideremos, por ejemplo, estos versos en el canto del peregrino del Camino de Santiago: Compañero, hemos de caminar sin hacer permanencia.


Quizá los monjes llamados «giróvagos» exaltaban particularmente nuestra condición de extranjeros eternos: andando sin cesar de monasterio en monasterio, sin domicilio fijo... 


No han desaparecido todos; al parecer quedan algunos en el monte Athos: recorren toda su vida los estrechos senderos de las montañas, dando vueltas, y duermen al caer la noche allí donde les han llevado sus pasos; se pasan la vida mascullando oraciones mientras caminan todo el día, sin destino ni meta, aquí o allá, al azar de los cruces de caminos, dando vueltas y vueltas, sin ir a ninguna parte, ilustrando mediante ese eterno caminar su estado de extranjeros definitivos en el mundo de aquí abajo.»


Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


No hay comentarios:

Publicar un comentario