martes, 21 de febrero de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Una antigua leyenda cristiana:


Cuando el Hijo de Dios fue clavado en la cruz y entregó su espíritu, descendió inmediatamente a los infiernos y liberó a todos los pecadores que allí sufrían tormentos.


Y el demonio se afligió y lloró, porque creía que ya no conseguiría más pecadores para el infierno. Entonces le dijo Dios: «No llores, que yo he de enviarte a todas esas santas personas que se complacen en la autoconciencia de su bondad y dé su santurronería y en la condenación de los pecadores. 


Y el infierno volverá a llenarse una vez más, durante generaciones, hasta que decida yo regresar de nuevo».


Anthony De Mello







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"Esta transformación resulta sorprendente cuando se descubre en la juventud o más adelante; sin embargo puede darse en la infancia, y entonces el encuentro con Dios, la conciencia de su presencia y la efusión de su amor llegan a ser algo tan natural que el niño no tiene ninguna impresión de extrañeza, porque carece de elementos para comparar y valorar su experiencia a la que está tan acostumbrado que le parece absolutamente normal.


A partir de la toma de conciencia de la transformación que Dios ha operado en el alma, se descubre un desconcertante sentimiento de lejanía y libertad ante todo lo que no es Dios; porque, aunque la gracia recibida se da en un clima de gracia y de gozosa libertad, sin embargo se siente una sorprendente distancia e insatisfacción por la mayor parte de las realidades que nos rodean.”


Fundamentos-Hermandad de contemplativos en el mundo


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