sábado, 21 de octubre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"En ocasiones los ruidosos visitantes ocasionaban un verdadero alboroto que acababa con el silencio del monasterio.


Aquello molestaba bastante a los discípulos; no así al Maestro, que parecía estar tan contento con el ruido como con el silencio.

Un día, ante las protestas de los discípulos, les dijo:

El silencio no es la ausencia de sonido, sino la ausencia de ego.»


Anthony De Mello







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"Este camino tiene en el ofrecimiento en pobreza crucificada la clave fundamental que nos introduce fácilmente en el proceso de abandono en Dios, y que hace sencilla y accesible la santidad para todos.


No se trata de cualquier forma de ofrecimiento, sino del ejercicio consciente y profundo de la pobreza evangélica. 


Para entenderlo bien hemos de partir de la contemplación de Jesucristo pobre, comenzando por lo que nos dice san Pablo de Él: «Se hizo pobre» (2Co 8,9). El Señor tuvo que hacerse pobre; ése fue el trabajo de toda su vida, desde la encarnación hasta la cruz, donde culminó el proceso de empobrecimiento (kénosis) que marcó toda su existencia. 


Al igual que Él, no podemos ser pobres sin hacernos pobres, hasta llegar a ser como el grano de trigo que muere en tierra (cf. Jn 12,24).»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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