lunes, 13 de noviembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"A un viajero que preguntaba como podría distinguir entre un maestro verdadero y uno falso, le respondió lacónicamente el Maestro: Si tú mismo no eres engañoso, no serás engañado.


Más tarde les dijo el Maestro a los discípulos: ¿Por qué será que los que buscan dan por supuesto que ellos son sinceros y que lo único que necesitan es el modo de detectar el fraude en los Maestros?»


Anthony De Mello






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"Desde ese sometimiento a la pobreza debe brotar el reconocimiento agradecido de que no soy nada, lo que me permite poseerlo todo precisamente por no ser nada, porque Dios «levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre» (Sal 113,7; cf. 1Sm 2,8). 


Así es la misericordia de Dios: «Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo temen; porque Él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro» (Sal 103,13s). 


Y el fruto de esta disposición es la actitud de humildad, confianza y abandono que llevan al ofrecimiento de toda nuestra pobreza a Dios, como gozoso acto de amor y agradecimiento. 


Un ofrecimiento que debe ser absoluto, no tanto porque debe incluir todo lo que somos y tenemos, sino porque se realiza principalmente ofreciendo aquello que es para nosotros lo fundamental, nuestro «todo», eso a lo que se refiere el Señor cuando dice que «donde está tu tesoro, allí estará tu corazón» (Mt 6,21).


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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