jueves, 2 de noviembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Cuando se le preguntaba por su iluminación, el Maestro siempre se mostraba reservado, aunque los discípulos intentaban por todos los medios hacerle hablar.


Todo lo que sabían al respecto era lo que en cierta ocasión dijo el Maestro a su hijo más joven, el cual quería saber cómo se había sentido su padre cuando obtuvo la iluminación. 


La respuesta fue:
"Como un imbécil".


Cuando el muchacho quiso saber por qué, el Maestro le respondió: Bueno, veras..., fue algo así como hacer grandes esfuerzos por penetrar en una casa escalando un muro y rompiendo una ventana... y darse cuenta después de que estaba abierta la puerta.»


Anthony De Mello







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"Cada una de estas realidades podrían ser encajadas aisladamente por Jesús; pero todas juntas explican que su dolor y su angustia en Getsemaní fueran tan intensos como para hacerle sudar sangre. 


Tengamos en cuenta, además, que el sufrimiento es mayor en la medida en que la sensibilidad del sujeto también lo sea; y el Señor ha sido el ser humano que ha tenido la mayor sensibilidad posible. 


Por eso ha sufrido de forma inimaginable, especialmente el mayor de los sufrimientos, que es el sentimiento de lejanía del Padre. Y precisamente en el huerto de los olivos es donde Jesús abraza la cruz y le da su sentido más profundo. 


Luego vendrán más sufrimientos, a los que se unirán los dolores físicos; pero cuando Él se rompe en la cruz, ya se ha roto más profundamente en su angustiosa agonía en Getsemaní.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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