"Sobre rezos y rezadores:
La abuela: “¿Ya rezas tus oraciones cada noche?”.
El nieto: “¡Por supuesto!”.
“¿Y por las mañanas?”.
“No. Durante el día no tengo miedo”.
Anthony De Mello
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"Él, que traduce nuestras necesidades a esos «gemidos inefables» que son el lenguaje de Dios, también traduce la oración de Cristo en nosotros en palabras humanas, poniendo en nuestros labios y en nuestro corazón el «Abbá, Padre» de Jesús.
Gracias al Espíritu, que habita en nuestros corazones y ora en nosotros, estamos en contacto con Jesús, el único hombre que ha sabido orar de verdad; de modo que sólo unidos a Cristo y movidos por el Espíritu, nuestra oración es verdaderamente cristiana y puede llegar a la presencia del Padre.
Y, puesto que el único orante es Jesucristo, sólo oramos cuando somos continuadores de su oración en la tierra y nos unimos a su intercesión en el cielo. Éste es uno de los dones más importantes que nos da el Espíritu Santo.»
Fundamentos-Contemplativos en el mundo
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