lunes, 12 de febrero de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"En su peregrinación a La Meca, un santo sufi comprobó con satisfacción que apenas había peregrinos en el lugar sagrado cuando él llegó: así podría practicar sus devociones sin agobios.


Una vez cumplidas las prácticas religiosas prescritas, se arrodilló, tocó el suelo con la frente y dijo: “¡Alá, no tengo más que un deseo en mi vida: concédeme la gracia de no ofenderte nunca más!”.


Cuando el Todopoderoso lo oyó, rió estruendosamente y dijo: ¡Eso es lo que todos piden. Pero dime: si concediera a todos esa gracia, ¿a quien iba yo a perdonar?”.


Cuando al pecador le recriminaron su desenvuelto modo de entrar en el templo, él replicó: “No hay una sola persona a la que el cielo no cubra ni hay nadie a quien el suelo no sostenga. ¿Y no es Dios la tierra y el cielo para todos nosotros?”.


Anthony De Mello





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"Podemos hacernos ahora la pregunta que hace Jesús con ocasión de la parábola del juez inicuo: «Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?» (Lc 18,1-8). 


El vínculo entre fe y oración es tan fuerte, que la fe lleva necesariamente a la oración, y la oración a la fe. 


Así, la oración, que tendrá que curtirse en la prueba de la soledad, la aridez y la aparente inutilidad, nos introducirá en la más profunda experiencia de fe y servirá de instrumento a la misma fe para que se vaya purificando, de modo que a través de la fe, probada en la oración, llegaremos a la plenitud del amor de Dios.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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