miércoles, 28 de marzo de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"no la explotan.


El mullah Nasrudin se encontró un diamante al borde de la carretera. Según la ley, el que encuentra algo sólo puede quedarse con ello si anuncia su hallazgo, en tres ocasiones distintas, en el centro de la plaza del mercado. 


Como Nasrudin tenía una mentalidad demasiado religiosa como para hacer caso omiso de la ley, y además era demasiado codicioso como para correr el riesgo de tener que entregar lo que había encontrado, acudió durante tres noches consecutivas al centro del mercado de la plaza, cuando estaba seguro de que todo el mundo estaba durmiendo, y allí anunció con voz apagada: 


“He encontrado un diamante en la carretera que conduce a la ciudad. Si alguien sabe quién es su dueño, que se ponga en contacto conmigo cuanto antes”. 


Naturalmente, nadie se enteró de las palabras del mullah, excepto un hombre que, casualmente, se encontraba asomado a su ventana la tercera noche y oyó cómo el mullah decía algo entre dientes. Cuando quiso averiguar de qué se trataba, Nasrudin le replicó: 


“Aunque no estoy en absoluto obligado a decírtelo, te diré algo: como soy un hombre religioso, he acudido aquí esta noche a pronunciar ciertas palabras en cumplimiento de la ley”. 


Propiamente, para ser malo no necesitas quebrantar la ley. Basta con que la observes a la letra.”


Anthony De Mello





***

 









"Finalmente, todo el misterio que celebramos en la misa permanece latente en el sagrario, que conserva el recuerdo vivo de la pasión del Señor y la actualización continuada de su infinito amor por nosotros. 


Por eso polariza la mirada y el corazón del contemplativo, que encuentra ahí el lugar idóneo para desarrollar eficazmente su ministerio de oración e intercesión.


1) El sacramento de la oración de Cristo


Ya hemos visto que el único modo que tenemos para orar de verdad no puede ser otro que unirnos, por el Espíritu Santo, a la oración de Cristo; y el ministerio fundamental del contemplativo consiste en ofrecerse a Él para continuar su oración en este tiempo y en este mundo. 


Y esta unión con el Señor no se puede realizar al margen de la Iglesia. Por eso, el contemplativo secular, miembro vivo del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, ejerce de un modo singular su ministerio de orante por medio de la participación en la liturgia de las Horas.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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