viernes, 4 de mayo de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Nistero el Grande, uno de los santos Padres egipcios del Desierto, iba un día paseando en compañía de un gran número de discípulos, que le veneraban como a un hombre de Dios.  


De pronto, apareció ante ellos un dragón, y todos salieron corriendo. Muchos años más tarde, cuando Nistero yacía agonizante, uno de los discípulos le dijo: “Padre, ¿también vos os asustasteis el día que vimos el dragón?”.


“No”, respondió Nistero.


“Entonces, ¿por qué salisteis corriendo como todos?”.


“Pensé que era mejor huir del dragón para no tener que huir, más tarde, del espíritu de vanidad”.


Anthony De Mello






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H) Discernimiento


«La conciencia de la presencia de Dios en su alma hace al contemplativo muy sensible a la voluntad de Dios; y su atención al soplo del Espíritu Santo le hace descubrir, de forma simple y connatural, no sólo la presencia y el amor de Dios en todo, sino el designio de éste sobre su propia vida, sobre los demás y sobre el universo entero.


Esta sensibilidad es la clave del discernimiento y la gracia que hace que el contemplativo viva siempre a la luz de Dios y, a la vez, proyecte esa luz sobre los demás. 


Se trata de una gracia que hay que cuidar con esmero a través de la misma oración y, especialmente, por medio de la dirección espiritual, en la que se ejercita y agudiza la visión sobrenatural de todas las realidades.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo



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