"Una niña estaba muriendo de una enfermedad de la que su hermano, de dieciocho años, había logrado recuperarse tiempo atrás. El médico dijo al muchacho: “Sólo una transfusión de tu sangre puede salvar la vida de tu hermana. ¿Estás dispuesto a dársela?”.
Los ojos del muchacho reflejaron verdadero pavor. Dudó por unos instantes, y finalmente dijo: “De acuerdo, doctor, lo haré”.
Una hora después de realizada la transfusión, el muchacho preguntó indeciso: “Dígame, doctor, ¿cuándo voy a morir?”. Sólo entonces comprendió el doctor el momentáneo pavor que había detectado en los ojos del muchacho: creía que, al dar su sangre, iba también a dar la vida por su hermana.”
Anthony De Mello
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"Incluso llegaré a darle la vuelta al estilo del mundo, que me saca de la oración hacia los quehaceres; de modo que cuando me encuentre con tiempos libres, los dedicaré espontáneamente a la oración.
Así, el orar se convierte en algo realmente importante, como el comer o el dormir; y el tiempo liberado para la oración se transforma en un tiempo liberador, al que acaba uno aficionándose.
Así, el orar se convierte en algo realmente importante, como el comer o el dormir; y el tiempo liberado para la oración se transforma en un tiempo liberador, al que acaba uno aficionándose.
Cuando estamos ante el llamamiento a una oración contemplativa sin salir del mundo, con todo lo que éste supone de presiones y dificultades, es muy importante que afinemos en todo lo que se refiere a la vida interior.
Por eso, es necesario preservar siempre la oración y la calidad de la misma.»
Fundamentos-Contemplativos en el mundo
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