"El Maestro deploraba los males que acarreaba la competitividad.
«¿Acaso el competir no hace aflorar lo mejor que hay en nosotros?», le preguntaron.
«Todo lo contrario: hace aflorar o peor, porque te enseña a odiar».
«¿Odiar. . . qué?»
«Odiarte a ti mismo, por permitir que tu actividad venga determinada por tu competidor, no por tus propias necesidades y limitaciones; y odiar a los demás, porque lo que buscas es triunfar a su costa».
«¡Pero eso suena a una especie de réquiem por el cambio y el progreso!», protestó alguien.
«El único progreso que hay», dijo el Maestro, «es el progreso del amor, y el único cambio digno de producirse es el cambio del corazón».
Anthony De Mello
***
"En los próximos siglos aumentará la importancia de la mística, la considero incluso la salvación de la teología.
El siglo XXI será el siglo de la metafísica, pero a la teología le resulta difícil moverse precisamente en este ámbito.
Mientras que las ciencias físicas y naturales descubren en los caminos esotéricos orientales un parentesco con sus experiencias cumbres, entre los teólogos el camino místico ha caído en el olvido.»
La ola es el mar-Willigis Jager
gran verdad lo que dice Jäger: todo parece indicar que las Ciencias se acercan hasta unos umbrales que evidencian cuáles son sus propios límites.
ResponderEliminarcreo también que nuestro siglo será *también* el siglo de la Mística