domingo, 14 de octubre de 2018

Guía diaria para acompañarnos en el camino





"El príncipe heredero era un verdadero zoquete, por lo que el rey contrató los servicios de un tutor especial, el cual comenzó sus lecciones explicando al príncipe el primer teorema de Euclides.


“¿Está claro, Alteza?», le preguntó cuando hubo concluido.


"No», respondió el príncipe.


De modo que el tutor, armándose de paciencia, volvió a explicarle el teorema. “¿Ya ha quedado claro?»


"No», volvió a responder el príncipe.


Y una vez más lo intentó el tutor... sin éxito. Al cabo de diez intentos, el real zoquete seguía sin entender el teorema, y el pobre tutor no pudo contener sus lágrimas. "Créame, Alteza», le dijo entre sollozos, "este teorema es verdadero, y la forma en que se lo he demostrado es la única que hay...»


Al oír aquello, el príncipe se puso en pie y, haciendo una solemne inclinación, dijo: "Mi querido amigo, tengo una fe absoluta en lo que usted dice, de modo que, si usted me asegura que el teorema es verdadero, yo lo acepto incondicionalmente. 


Lo único que siento es que no me lo haya dicho usted antes. Si lo hubiera hecho, podríamos haber pasado al segundo teorema sin necesidad de perder tanto tiempo.»


De este modo tienes todas las respuestas correctas sin necesidad de saber geometría, exactamente igual que hay personas que -según ellas- poseen todas las creencias debidas sin necesidad de conocer a Dios. 


Decirle a la autoridad: «Piensa por mí, por favor, que yo soy tonto» es como decir: «Bebe por mí, por favor, que tengo sed.»


Anthony De Mello




***










 "Pero quizá lo más sorprendente resulte descubrir que a la alegría lógica de la esposa se une el gozo increíble del Esposo: «Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo». 


Aunque nos parezca increíble, la alegría de Dios consiste en transformarnos para poder unirse íntimamente a nosotros.


Con el matrimonio espiritual concluye el proceso de la unión con Dios del contemplativo aquí en la tierra. Sin embargo, esto no es el final de dicho proceso, puesto que seguirá por toda la eternidad en el cielo, ya sin traba alguna, en una unión perfecta entre ambos por toda la eternidad. 


El momento del tránsito de la unión en el mundo a la unión celeste es la muerte, que se convierte en la puerta abierta a la Vida en plenitud.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


No hay comentarios:

Publicar un comentario