"Para complacer a un funcionario, en cierta ocasión Abraham Lincoln firmó una orden de traslado de ciertos regimientos. El Secretario de la Guerra, Stanton, convencido de que el Presidente había cometido un grave error, se negó a cursar dicha orden.
Y, por si fuera poco, añadió: «¡Lincoln está loco!»
Cuando se lo contaron a Lincoln, éste dijo: «Si Stanton ha dicho que estoy loco, debo de estarlo, porque él tiene razón casi siempre.
Tendré que ir con cuidado y estudiarlo detenidamente.»
Y esto fue exactamente lo que hizo. Stanton le convenció de que la orden era un error, y Lincoln se apresuró a revocarla. Todo el mundo sabía que una parte de la grandeza de Lincoln residía en su manera de aceptar las críticas.”
Anthony De Mello
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51. No te compadezcas nunca de ti mismo y alégrate cuando puedas participar de la cruz redentora de Cristo.
52.Disponte generosamente al trabajo y al sufrimiento que supone seguir al Señor y ser su testigo en el mundo. Confía en que no te faltará la gracia y convierte la cruz en ofrenda de amor a Dios.
53.No huyas de la cruz, abrázala hasta poder decir: «Estoy crucificado con Cristo; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí».
54.No te asustes por las dificultades. Alégrate de saber que las cimas más altas exigen una dura escalada. Mira a Cristo en su pasión y descubrirás que su humillación es grandeza y su entrega, gloria. Anímate a seguir sus pasos y pídele la gracia de no ceder ante las tentaciones de aflojar la marcha.
55.Acepta los obstáculos y los imprevistos del camino. No dejes que el Enemigo se sirva de ellos para robarte la paz. Haz del silencio interior un castillo inexpugnable y mantente siempre en paz.
56.Ofrece a Dios todas las dificultades y conviértelas en un acto de amor.»
Fundamentos-Contemplativos en el mundo
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