"Cuando la Hermana preguntó a los niños en clase qué querían ser cuando fuesen mayores, el pequeño Tommy dijo que quería ser piloto.
Elsie respondió que quería ser médico. Bobby, para satisfacción de la Hermana, afirmó que quería ser sacerdote.
Al fin, se levantó Mary y dijo que quería ser prostituta.
“¿Qué has dicho, Mary? ¿Querrías repetirlo?”.
“Cuando sea mayor”, dijo Mary con ese aspecto de quien sabe exactamente lo que quiere, “seré una prostituta”.
La Hermana se quedó viendo visiones.
Inmediatamente, Mary fue separada del resto de los niños y enviada al capellán.
Al capellán le habían explicado los hechos a grandes líneas, pero quería comprobarlos personalmente.
“Mary”, le dijo a la niña, “dime con tus propias palabras lo que ha ocurrido”.
“Bueno”, dijo Mary, un tanto desconcertada por todo aquel lío, “la Hermana me preguntó qué quería ser cuando fuera mayor, y yo le dije que quería ser una prostituta”.
“¿Has dicho "prostituta"?”, preguntó el capellán recalcando la última palabra.
“Sí”.
“¡Cielos, qué alivio! ¡Todos habíamos creído que habías dicho que querías ser protestante!”.
Anthony De Mello
***
"Con todo, más allá del “despertar espontáneo”, sobre el que no tenemos ningún poder; más allá de la experiencia mística que se regala inesperadamente, queda a nuestro alcance la posibilidad de entrenarnos en la práctica –“gimnasia sagrada”, la llama el psicólogo transpersonal José María Doria– de acallar la mente, observándola desde la atención, como único modo de trascenderla.”
ENRIQUE MARTÍNEZ LOZANO-LA DICHA DE SER
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