“Encausado”, dijo el Gran Inquisidor, “se os acusa de incitar a la gente a quebrantar las leyes, tradiciones y costumbres de nuestra santa religión. ¿Cómo os declaráis?”.
“Culpable, Señoría”.
“Se os acusa también de frecuentar la compañía de herejes, prostitutas, pecadores públicos, recaudadores de impuestos y ocupantes extranjeros de nuestra nación; en suma: todos los excomulgados. ¿Cómo os declaráis?”.
“Culpable, Señoría”.
“Por último, se os acusa de revisar, corregir y poner en duda los sagrados dogmas de nuestra fe. ¿Cómo os declaráis?”.
“Culpable, Señoría”.
“¿Cuál es vuestro nombre, encausado?”.
“Jesucristo, Señoría”.
Hay personas a las que el ver practicada su religión les inquieta tanto como el enterarse de que alguien la pone en duda."
Anthony De Mello
***
"Sin embargo, cuando nos atrevemos a experimentarla, descubrimos que, en realidad, esa Nada es plenitud.
Solo es “nada” para la mente, dado que esta únicamente puede ver objetos.
Esa Nada –pregúntenle a san Juan de la Cruz, a Miguel de Molinos…, a todas las personas sabias o místicas– es un estado de consciencia, diferente del estado mental.”
ENRIQUE MARTÍNEZ LOZANO-LA DICHA DE SER

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