"Un granjero decidió que le había llegado el momento de casarse, de manera que ensilló su mula, se fue a la ciudad a buscar novia y no tardó en conocer a una mujer que, según creía él, sería una buena esposa.
Y se casaron.
Después de la ceremonia, subieron ambos a la mula e iniciaron el camino de regreso a la granja.
Al cabo de un rato, la mula se detuvo y se negó a seguir adelante, de modo que el granjero desmontó y empezó a golpear a la mula con una vara, hasta que el animal se puso de nuevo en movimiento.
«La primera en la frente», dijo el granjero.
Unos kilómetros más adelante, la mula volvió a detenerse, y una vez más desmontó el granjero y golpeó a la mula hasta que ésta decidió reiniciar la marcha. «
La segunda en la boca», dijo el granjero.
Pocos kilómetros después, la mula se detuvo por tercera vez.
Pero entonces el granjero desmontó, hizo desmontar a su mujer, sacó su pistola y le pegó un tiro en la cabeza a la mula, la cual murió al instante.
«¡Qué estúpido y qué cruel eres!», le gritó su mujer.
«¡Era un animal fuerte y robusto que podría habernos sido muy útil en la granja, y vas tú y, en un arranque de cólera, acabas con él!
¡Si hubiera sabido que eras tan bruto, jamás me habría casado contigo...!»; y siguió increpándole durante casi diez minutos.
El granjero estuvo escuchándola hasta que ella se detuvo para tomar aliento.
Entonces le dijo:
«La primera en la frente.»
Cuenta la historia que vivieron felices para siempre."

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