jueves, 26 de septiembre de 2013

La esencia de la oración

Llenos están el Cielo y la tierra de tu Gloria (Is VI,3). Quintaesencia de la oración son estas palabras que proclaman los serafines en la visión de Isaías.  La oración, en su esencia, es Comunión con las Potestades celestiales en la glorificación del Creador. En esto se resume y hacia este estuario desemboca necesariamente toda plegaria, puesto que todo será sometido a Dios Padre.  La oración no es exclusivamente algo propio del hombre. Ella no está tan sólo para consolar o satisfacer las necesidades. La plegaria es grande porque es propia de los seres espirituales. Ella no es de este mundo, ni para este mundo. Por eso, si nosotros la astringimos a nuestras súplicas y a la satisfacción de las carencias del hombre en este mundo, ella pierde su grandeza y pierde aquello que le es más esencial. Santificar el Nombre de Dios y permanecer en Él, darle gracias en una alabanza pura lleva al hombre a tornarse espiritual y a asociarse a las Potestades celestes en el Culto inefable… En la medida que progresamos en la vida de oración nos vamos acercando a la certeza de que ella es esencialmente una doxología, un Oficio divino de nobleza célica e infinita… de ahí que san Isaac de Nínive diga sin más: ‘la Plegaria ya es el Reino’.” (Padre Matta El-Maskîne, monje egipcio, en "La experiencia de Dios en la vida de oración"). De: Monasterio del Cristo Orante

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