domingo, 24 de abril de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Chi Hsing Tzu entrenaba un gallo de pelea para el rey Hsuan. Era un gallo fino. 


A diez dí­as de comenzado el entrenamiento, el rey le preguntó si el gallo estaba listo para combatir. Aún no, respondió el entrenador. Es fuerte y está lleno de fuego, dispuesto a pelear con cualquier otro gallo. Es vanidoso y confí­a demasiado en su coraje. 


Diez dí­as más tarde, ante una nueva pregunta del rey, contestó otra vez: Todaví­a no. Apenas escucha el canto de otro gallo le entra una rabieta y quiere pelear. 


Luego de diez dí­as más: Aún no. Todaví­a manifiesta cierta rabia en sus gestos e hincha el plumaje. 


Y pasaron otros diez dí­as: Ya está casi listo. Aunque vea o escuche cantar a otros gallos, se mantiene tranquilo. Nada lo altera. Parece un gallo de madera. Su actitud es poderosa. Los demás gallos no se atreverán a aceptar su desafí­o." 


Cuento de la tradición taoí­sta






***












"La última libertad del caminante es más rara. Es un tercer estadio, después del regreso a las alegrías sencillas y la reconquista del animal arcaico. 

Es la libertad del que renuncia. Heinrich Zimmer, uno de los grandes eruditos indianistas, nos explica que en la filosofía hindú se distinguen cuatro etapas en el camino de la vida. 

La primera es la del alumno, el aprendiz, el discípulo. En el amanecer de su vida, esencialmente debe obedecer los mandatos del maestro, escuchar sus lecciones, someterse a las críticas y conformarse a los principios. Se trata de recibir. 

En una segunda etapa, el hombre, ya adulto, en el mediodía de su existencia, se convierte en señor de su hogar, casado, cabeza de familia: gestiona lo mejor que puede su fortuna, ejerce un oficio, se somete él mismo a las obligaciones sociales y las impone a otros. Acepta llevar las máscaras sociales que le asignan un papel en la sociedad y en la familia.»

Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


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