"Un padre deseaba para sus dos hijos la mejor formación mística posible.
Por ese motivo, los envió a adiestrarse espiritualmente con un reputado maestro de la filosofía vedanta. Después de un año, los hijos regresaron al hogar paterno.
El padre preguntó a uno de ellos sobre el Brahmán, y el hijo se extendió sobre la Deidad haciendo todo tipo de ilustradas referencias a las escrituras, textos filosóficos y enseñanzas metafísicas. Después, el padre preguntó sobre el Brahmán al otro hijo, y éste se limitó a guardar silencio.
Entonces el padre, dirigiéndose a este último, declaró:
--Hijo, tú sí que sabes realmente lo que es el Brahmán.
El Maestro dice: La palabra es limitada y no puede nombrar lo innombrable."
Cuentos clásicos de la India
***
"Mientras que estar inmerso en la Naturaleza supone una llamada permanente.
Todo nos habla, nos saluda, llama nuestra atención: los árboles, las flores, el color de los caminos. El soplo del viento, el zumbido de los insectos, el fluir del arroyo, el repiqueteo de los pasos sobre el suelo: todo un murmullo que responde a nuestra presencia.
Incluso la lluvia. Una lluvia ligera y suave es un acompañamiento permanente, un susurro que se escucha, con sus entonaciones, sus voces y sus pausas: chapoteos distintos del aguaque salta sobre la piedra, o el largo tejido melodioso de las cortinas de lluvia que caen a un ritmo regular.
Es imposible estar solos cuando caminamos, de tantas cosas como poseemos con la mirada, tantas cosas que se nos dan, que se hacen nuestras a través de esa toma de posesión inalienable de la contemplación.»
Todo nos habla, nos saluda, llama nuestra atención: los árboles, las flores, el color de los caminos. El soplo del viento, el zumbido de los insectos, el fluir del arroyo, el repiqueteo de los pasos sobre el suelo: todo un murmullo que responde a nuestra presencia.
Incluso la lluvia. Una lluvia ligera y suave es un acompañamiento permanente, un susurro que se escucha, con sus entonaciones, sus voces y sus pausas: chapoteos distintos del aguaque salta sobre la piedra, o el largo tejido melodioso de las cortinas de lluvia que caen a un ritmo regular.
Es imposible estar solos cuando caminamos, de tantas cosas como poseemos con la mirada, tantas cosas que se nos dan, que se hacen nuestras a través de esa toma de posesión inalienable de la contemplación.»
Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros

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