sábado, 18 de junio de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"Era un renombrado maestro; uno de esos maestros que corren tras la fama y gustan de acumular más y más discípulos. En una descomunal carpa, reunió a varios cientos de discípulos y seguidores. Se irguió sobre sí mismo, impostó la voz y dijo:


--Amados míos, escuchad la voz del que sabe.
Se hizo un gran silencio. Hubiera podido escucharse el vuelo precipitado de un mosquito.


--Nunca debéis relacionaros con la mujer de otro; nunca. Tampoco debéis jamás beber alcohol, ni alimentaros con carne.


Uno de los asistentes se atrevió a preguntar:
--El otro día, ¿no eras tú el que estabas abrazado a la esposa de Jai?
--Sí, yo era -repuso el maestro.


Entonces, otro oyente preguntó:
--¿No te vi a ti el otro anochecer bebiendo en la taberna?
--Ése era yo -contestó el maestro.


Un tercer hombre interrogó al maestro:
--¿No eras tú el que el otro día comías carne en el mercado?


--Efectivamente -afirmó el maestro.   En ese momento todos los asistentes se sintieron indignados y comenzaron a protestar.


--Entonces, ¿por qué nos pides a nosotros que no hagamos lo que tú haces?
Y el falso maestro repuso:
--Porque yo enseño, pero no practico.


El Maestro dice: Si no encuentras un verdadero maestro al que seguir, conviértete tú mismo en maestro. En última instancia, tú eres tu discípulo y tu maestro.»


Cuentos clásicos de la India







***













"Para llegar hasta Roma o Santiago de Compostela, por no hablar de Jerusalén, habrá que contar muchos meses, sin tener la certeza de regresar. 


El peregrino podía sucumbir al cansancio, hallar una muerte violenta a manos de bandidos, ahogarse o despeñarse por un precipicio. 


Por ello, antes de partir, debía haber hecho las paces con sus viejos enemigos, haber resuelto todas sus diferencias e incluso haber hecho testamento.


Pero, entonces, ¿por qué partir si la condición es tan penosa?


Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros



No hay comentarios:

Publicar un comentario