sábado, 23 de julio de 2016

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Era un padre de familia. Había conseguido unas buenas condiciones de vida y había enviudado, después de que sus hijos se hicieran mayores y encauzaran sus propias vidas. 


Siempre había acariciado la idea de dedicarse a la búsqueda espiritual y poder llegar a sentir la unidad con la Conciencia Universal. 


Ahora que ya no tenía obligaciones familiares, decidió ir a visitar a un yogui y ponerlo al corriente de sus inquietudes, pidiéndole también consejo espiritual.


El yogui vivía cerca de un río, cubriendo su cuerpo con un taparrabos y alimentándose de aquello que le daban algunos devotos. Vivía en paz consigo mismo y con los demás. Sonrió apaciblemente cuando llegó hasta él el hombre de hogar.


--¿En qué puedo ayudarte? -preguntó cortésmente.
--Venerable yogui, ¿cómo podría yo llegar a percibir la Mente Universal y hacerme uno con Ella?


El yogui ordenó:
--Acompáñame.
El yogui condujo al hombre de hogar hasta el río. Le dijo:


--Agáchate.
Así lo hizo el hombre de hogar y, al punto, el yogui lo agarró fuertemente por la cabeza y lo sumergió en el agua hasta llevarlo al borde del desmayo. Por fin permitió que el hombre de hogar, en sus denodados forcejeos, sacara la cabeza. Le preguntó:


--¿Qué has sentido?
--Una extraordinaria necesidad y ansia de aire.
--Pues cuando tengas esa misma ansia de la Mente Universal, podrás aprender a percibirla y hacerte uno con ella.


El Maestro dice: Aunque pienses en la palabra “lámpara” no se enciende la luz. Que la motivación de libertad interior sea real y seguida por la práctica y no se quede sólo en una idea.»


Cuentos clásicos de la India







***












"El cuerpo sin hambre ni sed, sin dolor, el cuerpo en reposo, y sentirse vivo simplemente, todo ello le basta a la alegría más alta, de una intensidad pura, de una modestia absoluta: la de vivir, la de sentirse aquí, la de saborear la propia presencia y la del mundo en armonía. 


Por desgracia, con demasiada frecuencia y desde hace demasiado tiempo, nos invaden imágenes perniciosas que nos hacen creer que la plenitud depende de la posesión material y del reconocimiento social. 


Y vamos siempre demasiado lejos en busca de una alegría que es tan cercana sin embargo, tan simple que resulta hasta difícil. Ya estamos más allá, siempre la hemos superado.»


Andar-Una filosofía-Fréderíc Gros


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