Un cuento del Bhagawat Purana:
"Una vez volaba un cuervo por el cielo llevando en su pico un trozo de carne. Otros veinte cuervos se pusieron a perseguirle y le atacaron sin piedad.
El cuervo tuvo que acabar por soltar su presa. Entonces, los que le perseguían le dejaron en paz y corrieron, graznando, en pos del trozo de carne.
Y se dijo el cuervo: «¡Qué tranquilidad ...! Ahora todo el cielo me pertenece».
Decía un monje Zen: «Cuando se incendió mi casa pude disfrutar por las noches de una visión sin obstáculos de la luna».
Anthony De Mello
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"Y, además, en Dios no sólo nos descubrimos a nosotros mismos, sino también descubrimos al prójimo, al que vemos como manifestación de la misma gloria de un Dios, que muestra su belleza y su amor a través de la extraordinaria variedad de formas que constituyen los diferentes seres humanos, únicos e irrepetibles.
Porque lo que confiere infinito valor a cada persona y la hace única y totalmente diferente no es su idiosincrasia particular, sino la proyección de Dios sobre ella, que la convierte en reflejo vivo del amor de Dios y la une a toda la humanidad, para convertir a ésta en una comunidad viva de amor divino.
Y éste es, precisamente, el fundamento de la fraternidad universal de todos los hombres.»
Porque lo que confiere infinito valor a cada persona y la hace única y totalmente diferente no es su idiosincrasia particular, sino la proyección de Dios sobre ella, que la convierte en reflejo vivo del amor de Dios y la une a toda la humanidad, para convertir a ésta en una comunidad viva de amor divino.
Y éste es, precisamente, el fundamento de la fraternidad universal de todos los hombres.»
Fundamentos-Contemplativos en el mundo
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