jueves, 16 de marzo de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"El maestro Zen, Ryokan, llevaba una vida sencillísima en una pequeña cabaña al pie de la montaña. Una noche, estando fuera el maestro, irrumpió un ladrón en la cabaña y se llevó un chasco al descubrir que no había allí nada que robar.


Cuando regresó Ryokan, sorprendió al ladrón. «Te has tomado muchas molestias para visitarme», le dijo al ratero. «No deberías marcharte con las manos vacías. 


Por favor, llévate como regalo mis vestidos y mi manta».             


Completamente desconcertado, el ladrón tomó las ropas y se largó.


Ryokan se sentó desnudo y se puso a mirar la luna. «Pobre hombre», pensó para sí mismo, «me habría gustado poder regalarle la maravillosa luz de la luna».


Anthony De Mello







***














10) La respuesta


Aquí es necesario hacer una observación muy importante: Quien descubre la vocación contemplativa tiene que dar necesariamente una respuesta auténtica, real y proporcionada


Una gracia de Dios como la que sustenta este llamamiento divino exige, por su propia naturaleza, una disposición a vivir en serio y con toda radicalidad la vocación descubierta, cueste lo que cueste. 


Sólo una respuesta plena y generosa está proporcionada a la gracia recibida; lo cual exige evitar todo tipo de cálculos y recortes que fácilmente se pueden introducir en nuestra respuesta, recortando significativamente la capacidad para vivir a fondo la vida a la que Dios llama.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


No hay comentarios:

Publicar un comentario