miércoles, 13 de septiembre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



"Cuando le preguntaron cómo se descubría el Silencio, el Maestro contó esta historia: Una fábrica estaba interesada en adquirir pieles de rana. 


Al enterarse, un agricultor telegrafió a la fábrica para comunicar que él podía suministrar cualquier cantidad que le pidieran, incluso más de cien mil, si era preciso. La fábrica le telegrafió: «Envíe una primera remesa de cincuenta mil».

Dos semanas más tarde, llegó a la fábrica una sola piel de rana con una nota que decía: «Les presento mis excusas, pero ésa es la única piel de rana que he podido encontrar. El ruido, ciertamente, me engañó».

Más tarde, diría el Maestro: «Examinad el ruido que hace la gente. Luego comprobad el ruido que hacéis vosotros, y descubriréis la nada, el vacío. . . y el Silencio».

Anthony De Mello






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"Podemos concluir, por tanto, que el Nuevo Testamento, y sobre todo la profunda mirada de san Juan, nos descubre la corriente sustancial de «glorificación» que une al Padre y al Hijo, así como la unión que existe entre la pasión de éste y su gloria, expresión de la unidad entre su muerte y su resurrección. 


El Cristo roto que camina hacia el Calvario se convierte en la más luminosa transparencia de la gloria de Dios. 


Su camino no es camino de muerte, sino de vida y glorificación.


Y al revés también aparecerá la misma unidad: Jesucristo resucitado conservará las señales de la pasión (Jn 20,20.27), porque el Cristo «glorificado» sigue siendo el Cristo «crucificado». 


Por eso nos dirá la carta a los Hebreos que «lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Pues, por la gracia de Dios, gustó la muerte por todos» (Heb 2,9).


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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