jueves, 12 de octubre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"¿Cómo podría ser yo un gran hombre...como tú?


¿Y por qué ser un gran hombre?, dijo el Maestro. Ser simplemente un hombre ya es un logro bastante grande.»


Anthony De Mello







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"Esta forma de colaborar con Cristo, desconocida para muchos cristianos, forma parte, sin embargo, del patrimonio común de la Iglesia, tal como refleja el Catecismo de la Iglesia Católica: Los hombres, cooperadores a menudo inconscientes de la voluntad divina, pueden entrar libremente en el plan divino no sólo por sus acciones y sus oraciones, sino también por sus sufrimientos (cf. Col 1,24) (Catecismo de la Iglesia Católica, 307). 


La Cruz es el único sacrificio de Cristo «único mediador entre Dios y los hombres» (1Tm 2,5). Pero, porque en su Persona divina encarnada, «se ha unido en cierto modo con todo hombre» (GS 22,2), Él «ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de Dios sólo conocida, se asocien a este misterio pascual» (GS 22,5). 


Él llama a sus discípulos a «tomar su cruz y a seguirle» (Mt 16,24) porque Él «sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas» (1P 2,21). Él quiere en efecto asociar a su sacrificio redentor a aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios (cf. Mc 10,39; Jn 21,18-19; Col 1,24). 


Eso lo realiza en forma excelsa en su Madre, asociada más íntimamente que nadie al misterio de su sufrimiento redentor (cf. Lc 2,35) (Catecismo de la Iglesia Católica, 628).»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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