viernes, 27 de octubre de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino




"A no ser que estuviera uno dotado de una especial perspicacia, no había nada en el Maestro que pudiera considerarse fuera de lo ordinario. 


Si las circunstancias no eran para menos, el Maestro podía asustarse y deprimirse. Podía reír, llorar y encolerizarse. 


Disfrutaba con la buena comida, no le hacía ascos a un par de copas en incluso se sabía que era capaz de volver la cabeza al paso de una mujer bonita.


En cierta ocasión, un visitante se lamentaba que el Maestro no era un "hombre santo" a lo cual un discípulo replicó:


"Una cosa es que un hombre sea santo, y otra muy distinta que a ti te parezca santo".


Anthony De Mello







***














"Pero, a la vez, ese sufrimiento es la puerta que nos permite entrar en el camino del amor que nos lleva al Corazón traspasado del Redentor, nos introduce en el seno de la Trinidad y nos hace entrar en el cielo, incluso desde nuestro hoy en la tierra. 


Esto es lo principal que el contemplativo desea en esta vida y para lo que reconoce que ha sido creado. Sin embargo, y a pesar de su deseo de amar la Cruz, cuando intenta abrazarla de verdad, experimenta que todo su ser se rebela interiormente contra ella, negándola, rechazándola o tratando de huir de ella de las maneras más diversas.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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